Los Jardines de Murillo son fruto de una cesión en 1911 de la Huerta del Retiro del Alcázar.
Su diseño final es obra del arquitecto Juan Talavera y Heredia.
Presentan una composición basada en caminos en retícula formados mediante setos y pavimentos que, en sus encuentros, crean glorietas de planta octogonal en las que se disponen fuentes centrales y Bancos de fábrica recubiertos de azulejería.
Los parterres resultantes están ocupados por densas masas de vegetación que otorgan al recinto un ambiente íntimo.
Los jardines terminan en la plaza de Refinadores, presidida por una estatua dedicada a Don Juan Tenorio.